Y llegó una realidad que visibilizó la necesidad de profundizar en los lazos que construimos como escuelas&familias.
Y llegó una realidad que visibilizó la necesidad de profundizar los lazos que construimos como escuelas y familias. Puso sobre el tapete los matices, las luces y sombras de esta vinculación. Estamos ante la necesidad de replantear los lazos, más allá de las particularidades de este presente. Creo que necesitamos preguntarnos cómo ha sido esta relación en el tiempo, desterrar dilemas como si se educa en el hogar o en la escuela. Debemos abrir nuevas preguntas para que aparezcan nuevas respuestas; es sin duda el camino para crear un nuevo paradigma, cada uno desde su lugar y responsabilidad. “Relación escuela y familia, nuevas preguntas para nuevas respuestas, nuevo paradigma”.
La relación entre escuela y familia se ve afectada en este contexto de cuarentena, por dos grandes factores. En primer lugar, por el contexto único de cada familia, maestra, escuela y sociedad; en segundo, por los estados emocionales propios de la pandemia, como el miedo, el estrés, el decaimiento, el insomnio y los vaivenes emocionales.
A continuación, profundizaré sobre estos temas y realizaré algunas sugerencias al respecto. “Contextos y estados emocionales”.
Hablando de contextos, son todos diferentes y legítimos, y sobre ello cada persona también tiene su propia mirada e interpretación acerca del mismo, lo que implica que ante un mismo hecho o situación, surjan diferentes reflexiones, conclusiones, miradas y opiniones, seguramente fundadas en el propio marco de referencia, creencias, posibilidades, vivencias y herramientas personales.
Podría enunciar un sinfín de realidades diferentes, sin embargo, creo que deben evitarse los juicios de valor basados en nuestras propias expectativas y preferencias, sin caer en descalificaciones hacia los maestros, escuelas, familias o niños, ya que ello desvanece el hecho y expone las miradas individualistas, egoístas, sobre una mirada colectiva y sistémica. “Cada uno decide qué color darle a su alrededor a través de su propia mirada”.
Si replanteamos conscientemente los alcances y lugar de las familias y de la escuela, con los valores de la ética y empatía, recién ahí podemos empezar a construir relaciones sanas, respetuosas, sin violencias y juegos de poder o económicos encubiertos, valorizando la oportunidad de convivir amorosamente con quien piensa distinto, convirtiendo este tránsito en una oportunidad para fortalecer los vínculos entre la escuela y las familias, como una comunidad, puente para afianzar y recuperar la confianza y la esperanza. “El lugar de la familia y la escuela”.
Emociones propias, emociones colectivas, emociones por contagio, son muchos los estados emocionales que conviven diariamente en nosotros. En situaciones no previstas, nuevas, generalmente el miedo es quien toma la posta, a veces disfrazado de rechazo, otras de enojo, otras de ataque. Sin embargo, ¿cuántas veces nos ha pasado que experiencias nuevas nos han dejado estresados y, luego de un tiempo de transitarlas, las hemos incorporado a nuestras vidas y hasta disfrutado?
En este contexto todas estas sensaciones están a flor de piel, pero además aparece el fantasma de la desaparición; nos desaparecemos de la vida de nuestros amigos, familia; desaparecen las actividades, las rutinas, los espacios sociales, la escuela como venía siendo, los trabajos y, en otros casos, la vida. “Emociones”
De forma consciente o inconsciente nuestro cuerpo y nuestro corazón se resienten. Somos seres sociales y la falta de ello genera un quiebre emocional amplio y sustancial. Cada niño, cada adulto, lo vive y lo lleva diferente.
Para algunos el quiebre habrá sido al inicio, para otros en el proceso o al final y para varios será cuando todo haya pasado. “Nuestro cuerpo y corazón se resienten”
Por ello es importante no exigirles a los niños más de lo que pueden dar, no forzarlos a entender situaciones que como adultos tampoco podemos hacer. Que las tareas se conviertan en oportunidades de experiencias que sean significativas para ellos, que las clases virtuales se conviertan en espacios de presencia e intercambio, que la nueva forma de convivir en el hogar sea la ganancia para la adquisición de herramientas para la vida…
Cambiemos exigencias por experiencias y oportunidades, sosteniendo una comunicación clara y fluida, y que cuidar y cuidarnos emocionalmente sea la prioridad. El camino es, una vez más, la empatía. “Que cuidar y cuidarnos entre las familias y la escuela recíprocamente, sea la prioridad”
Mi propuesta
Cambiar exigencias por experiencias, como alquimia entre lo contextual y emocional y que ello tenga sentido para nuevas respuestas y formas de ser y hacer para nuevas situaciones. La emoción que una familia “siente, piensa y/o dice” en relación a la escuela y viceversa, impactan y determinan en el campo emocional y son un patrón de conducta para el niñ@. Aquí la importancia del autoconocimiento y gestión emocional –familia y escuela– y una oportunidad para que los adultos podamos comenzar a mirar con compasión y comunicarnos desde la construcción de una red amorosa. Y cuando hablo de cambiar exigencias por experiencias me refiero a esta oportunidad como adultos, y en el caso de los niñ@s que sean experiencias de aprendizajes a través de su propio hacer, libres de esas tareas rusticas y rígidas, en un momento donde la flexibilidad y altruismo, sin dudas son las habilidades a desarrollar en esta actualidad para el crecimiento personal, social y académico. ¡Qué sea una oportunidad de hacer red, en conexión y presencia al mismo tiempo con flexibilidad y altruismo!
Para cerrar, quiero decir que también hubo apariciones, aparecieron sombras para iluminar, momentos familiares para disfrutar, tiempos sin reloj, mutación, transformación, momentos de autoconocimiento, consciencia del cuidado del medio ambiente, momentos de orden, lectura y la gran oportunidad para aprender a ser y hacer junto a otros humanamente, más allá de las diferencias. Aparición del valor de la vida, del prójimo, del cuidado, creatividad e inspiración como posibilidades infinitas, flexibilidad y renacimiento, como valores intrínsecos colectivos, sobre toda pandemia mundial.
¡Mi intención haber sembrado reflexión, interrogantes, y el entusiasmo de un nuevo aprendizaje de crecimiento personal!
Lorena De la Calle / Docente, Trainer en Pnl, Coaching de familia, Educadora emocional / Co-creadora y directora del Método Educativo Eureka / Directora general de los Centros Educativos Eureka
Les dejo a consideración unos párrafos que escribí al inicio del año, en este artículo, https://www.on24.com.ar/publicas/opinion/educacion-emocional-que-no-nos-de-lo-mismo/ con algunos interrogantes, que hoy se hacen presentes. ¿Se educa en el hogar o en la escuela?
¿Se educa en el hogar o en la escuela? La educación es potestad de las familias y de la escuela de forma interrelacionada.
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